Frente a la fabricación tradicional de plásticos, estos nuevos materiales biodegradables se elaboran a partir de plantas como la palmera y la remolacha, materiales renovables, con el objetivo de realizar con ellos productos como pueden ser tenedores, cucharas y otros utensilios de cocina, material médico y tejidos, entre otros ejemplos.
Lo realmente novedoso de esta noticia, y que puede significar una auténtica revolución en el sector, estriba en los precios de fabricación de estos materiales, ya que otros plásticos biodegradables son excesivamente caros para poder resultar competitivos. Así pues, con esta técnica de fabricación desarrollada por IBM estos plásticos podrían convertirse en una alternativa realmente competitiva que serviría para sustituir a los que proceden del petróleo, con todas las ventajas medioambientales que esto supondría. En estos términos se manifestó Gavin O. Jones, miembro del equipo de Química Computacional de IBM, que señaló que la nueva tecnología va a suponer una verdadera alternativa al reciclaje actual de plásticos.
El desarrollo de plásticos basados en materiales provenientes del petróleo revolucionó también el panorama en su momento, pero sus efectos han resultado tremendamente devastadores. Las consecuencias medioambientales del abandono de sus desechos han sido nefastas y han creado un problema social. Cada día nuestro actual modelo de utilización de recursos resulta más obsoleto: la secuencia de fabricar, usar y tirar, ya no sirve en absoluto si queremos seguir cuidando nuestro Medio Ambiente. Muchos objetos de plástico acaban en vertederos o contaminando el agua de nuestros mares y océanos, con todas las consecuencias asociadas que esto implica.
El método que se utiliza hoy por hoy para convertir plantas en plásticos biodegradables implica la participación de metales pesados muy difíciles de eliminar y que no se descomponen con el paso del tiempo. El nuevo catalizador (una clase especial de sustancia que acelera el ritmo de la reacción), probado por la multinacional IBM y la Universidad de Standford, no utiliza metales pesados, está hecho de compuestos orgánicos comunes, sustancias orgánicas que permiten reducir la cantidad de energía requerida para facilitar la conversión.
Si la nueva tecnología de fabricación de plásticos biodegradables consigue abrirse camino y superar su fase de investigación y pruebas piloto, es seguro que contribuirá a la reducción de la basura plástica y abaratará la producción de plásticos biodegradables. De este modo, este hallazgo puede ayudarnos a tener un Medio Ambiente mucho más sostenible y más sano.