En los últimos meses, el sector del automóvil, concretamente en la línea de los coches eléctricos, está planteando importantes cuestiones, sobre todo en relación a qué consecuencias tendrá el uso y posterior tratamiento de sus baterías.
El mercado de coches eléctricos, todavía está despegando, pero cada vez lo hace con una mayor aceleración. Por tanto, las decisiones sobre cada uno de sus componentes y las fases posteriores al uso práctico de los mismos, tienen una importancia vital.
En el caso de las baterías de los coches eléctricos, la principal duda es: ¿Qué es más conveniente, si reciclar esas baterías y todos los materiales que las componen o ampliar su vida útil mediante la reutilización?
Ventajas de reutilizar las baterías de coches eléctricos
Las baterías de coches eléctricos actuales, tienen una vida estimada de unos 10 años. El cálculo se basa principalmente en los ciclos de carga y descarga que permiten para ofrecer todas sus prestaciones.
Sin embargo, algunas iniciativas proponen que se dupliquen los ciclos de carga, de manera que una batería de coche eléctrico podría durar casi el doble, aproximadamente 20 años.
Además de este mayor uso de la batería en el mismo vehículo eléctrico, también se plantea la posibilidad de reutilizarla con otros fines. La exigencia de un coche eléctrico respecto a estas baterías, motiva que aún cuando cuentan con una alta capacidad, son descartadas, por no garantizar los estándares básicos de rendimiento en el sector automovilístico.
Sin embargo, otros productos podrían seguir aprovechando su energía, como por ejemplo paneles fotovoltaicos.
Ventajas de reciclar las baterías de coches eléctricos
El reciclaje parece la salida más conveniente a las baterías de coches eléctricos. Tiene importantes ventajas, pero también retos a superar. En la actualidad, cada fabricante tiene un proceso de reciclaje propio, es decir, que no hay una estandarización del mercado.
Es algo, de todas formas, lógico. La presencia de los coches eléctricos en el mercado es mínima y todavía queda mucho, no solo para que se consolide con una cuota considerable, sino para que tras su comercialización, surja la necesidad de reciclar sus baterías.
Sin embargo, las ventajas son obvias. El reciclaje de baterías, permitiría disponer de componentes para fabricar nuevos modelos, reduciendo tanto los costes del proceso, como también la emisión de gases contaminantes durante el mismo.
Uno de los componentes que más interesa es el del cobalto, del que se considera que hay escasez de materia prima y, por tanto, su precio sigue creciendo. El reciclaje podría ayudar a ampliar la presencia de este material en el mercado y a que el coste de fabricación de las baterías también se reduzca.
Hay que tener en cuenta, que cuanto menos costes suponga la fabricación de un coche eléctrico, más económicamente podrá comercializarse sin perder rentabilidad. Precisamente el alto precio de estos vehículos sigue siendo uno de los grandes inconvenientes para que su expansión cobre un ritmo más acelerado.
Otra opción, que también se está barajando, es la de crear baterías de coches eléctricos sin utilizar componentes de difícil acceso, como el cobalto. Esto afrontaría el problema de los costes, pero seguiría planteando la posibilidad de reciclar estas baterías una vez dejen de ser funcionales.