La clasificación de los residuos peligrosos depende un poco de la normativa a la que se toma como referente. No obstante, la identificación de estos residuos cada vez está más definida y, en la actualidad, podemos incluso obtener una lista que los diferencia muy efectiva.
La utilidad de la clasificación de residuos peligrosos radica en el hecho de que, gracias a esta misma clasificación, podemos tanto señalarlos con carteles identificativos apropiados, como proceder a un tratamiento efectivo según el tipo de residuos y sin riesgo.
La mayoría de residuos peligrosos están formados por desechos de hospitales, de laboratorios, residuos industriales, de actividades agropecuarias, así como también desechos de la minería y residuos de centrales energéticas, como las centrales nucleares.
En este artículo te mostramos una lista de los residuos peligrosos más frecuentes, ejemplos de ellos y procedimientos vinculados.
Residuos peligrosos corrosivos
Son los residuos que pueden corroer un material con solo entrar en contacto con él. Los más conocidos dentro de esta tipología son los ácidos, como el conocido ácido sulfúrico.
Se identifican mediante una señal de advertencia en el que una superficie o una mano corren peligro por un líquido vertido en ellos. Corresponden a la categoría HP8 según el Reglamento 1357/2014 del 18 de diciembre.
Residuos peligrosos por reactividad química
En este tipo de residuos la reactividad química producida puede provocar tanto que una superficie u objeto se corroa, como incluso que llegue a explotar.
Dado que son potencialmente peligrosos y dañinos, suelen estar aislados. Muchos, de hecho, reaccionan con el oxígeno. La mayoría proceden de laboratorios.
Los residuos con reactividad química más conocidos pueden ser el plomo o el mercurio, entre otros.
Residuos peligrosos explosivos
Este tipo de residuos debe su nombre a que, efectivamente, pueden llegar a explotar si no son tratados mediante los mecanismos adecuados.
Por ejemplo, si tenemos como residuo pólvora, deberemos realizar un proceso de almacenamiento apropiado para evitar que termine explotando.
Los residuos peligrosos explosivos son identificados donde se encuentran con un pictograma de explosión y corresponden a la categoría HP1.
Residuos peligrosos inflamables
Un residuo inflamable presenta el riesgo de que cuando entra en calor puede arder con relativa facilidad. El petróleo es quizás el tipo de residuo más conocido en este ámbito.
Los residuos de esta tipología almacenados son señalizados mediante una imagen de una llama y pertenecen a la categoría HP3.
Residuos peligrosos tóxicos
Este tipo de residuo puede llevar a confusión. Muchos residuos pueden presentar toxicidad. Sin embargo, bajo esta categoría se identifica aquellos tanto orgánicos como inorgánicos, que presentan una alta toxicidad para la salud.
Dado que muchos residuos pueden entrar dentro de esta categoría, se aplican varios elementos de distinción:
- HP5 – Toxicidad específica (el pictograma suele ser una persona entre un marco rojo)
- HP6 – Toxicidad aguda (en estos casos puede representarse con un signo de exclamación o una calavera)
- HP7 – Carcinógeno
- HP10 – Tóxico para la reproducción
- HP11 – Mutágeno
- HP12 – Toxicidad por liberación de gas
- HP14 – Ecotóxico (normalmente con un pictograma de un medioambiente tóxico)
Residuos peligrosos radioactivos
Los residuos radioactivos centran su peligrosidad en la radiación que pueden transmitir. Por eso la contención de este tipo de residuos es tan importante.
Los más conocidos son el uranio y el plutonio. Las centrales nucleares también son identificadas como productoras de este tipo de residuos.
Tratamiento de residuos
Cada uno de estos tipos de residuos requiere un tratamiento diferente en lo que se refiere a almacenamiento, contención, posible reciclaje o reutilización, transporte e incluso eliminación.
Por este motivo es tan importante que las empresas acudan a responsables profesionales autorizados de estos tratamientos, con el fin de evitar todos los posibles daños que pueden provocar los residuos peligrosos, no solo en la salud de las personas, sino también en el propio medioambiente.
Por otro lado, el hecho de que un residuo sea categorizado como no peligroso, no implica que no requiera un tratamiento específico. Siguen presentando un problema en cuanto a almacenamiento y transporte, que debe abordarse por entidades autorizadas y profesionales.