Una de las industrias que más importancia está dedicando a la sostenibilidad medioambiental es la telefonía móvil.
Al ser también uno de los mercados que más comercio genera, la importancia que representa su impacto en la huella de carbono es considerable. Por ese motivo, también se está invirtiendo todo lo que sea posible en minimizar cualquier efecto contaminante que represente.
En este sentido se ha logrado un importante avance, con el lanzamiento del modelo Fairphone, de origen holandés, que representa a día de hoy el mejor ejemplo de móvil sostenible y de la efectividad que el reciclaje bien aplicado, puede suponer a la fabricación y mantenimiento de smartphones.
Un móvil hecho con materiales reciclados
Este Fairphone comienza su aporte a la sostenibilidad en el mismo momento de su fabricación. Está completamente creado a base de materiales reciclados, lo que ya supone un descenso importante del gasto energético y económico desde el principio de su existencia.
Según exponen sus fabricantes, se ha analizado tanto los materiales como los minerales presentes en el proceso de fabricación de un teléfono móvil. Partiendo de esta información, se ha intentado aprovechar todos los materiales reciclados útiles que sea posible y se ha mejorado la cadena de suministro de minerales, con el fin de que el impacto medioambiental sea mínimo.
Entre estos materiales, destacan el cobre y el plástico, que son completamente reciclados, mientras que otros como el estaño se basan en un sistema de obtención responsable y lo menos contaminante posible.
Por descontado, el objetivo es seguir mejorando y conseguir crear móviles 100% sostenibles, pero es innegable que el avance del Fairphone representa un camino óptimo hacia el que dirigirse.
Los componentes independientes del móvil sostenible
Además de los materiales utilizados, también es importante cómo se ha montado el smartphone, sobre todo pensando en su mantenimiento. Se ha hecho por componentes, de manera que la mayoría de piezas pueden separarse de forma individual y ser reparadas o sustituidas.
Desde la batería hasta la pantalla, todo está ensamblado por componentes modulares independientes entre sí. De esta forma se evita uno de los grandes problemas actuales en el resto de teléfonos móviles, que consiste en tener que cambiar gran parte de su estructura, por el hecho de que solo un elemento esté dañado.
Así se desperdician muchos materiales, se requiere mayor gasto energético y más inversión por parte del usuario y de las propias empresas. Con el modelo Fairphone, en cambio, es posible coger el componente dañado o averiado y sustituirlo o repararlo sin tener que afectar al resto de componentes.
Un mercado sostenible basado en el reciclaje
Además de la fabricación del teléfono móvil, el smartphone Fairphone apoya la sostenibilidad también en el propio mercado sobre el que se comercializa.
Por eso se ha intentado confrontar la obsolescencia programada, para que el teléfono dure mucho más. Se espera de esta forma que su impacto en la huella de carbono se reduzca considerablemente, al no tener que estar sustituyendo un móvil con tanta urgencia como sucede en la actualidad.
Pero además, también se ha comenzado a comercializar aprovechando ideas de reciclaje prácticas. Por eso viene sin cargador, sin auriculares ni otro tipo de cables. A pesar de que se pueden adquirir por separado, consideran sus fabricantes que los usuarios ya tienen estos accesorios en casa y pueden reciclarlos con su nuevo smartphone.