Los aviones son grandes aparatos que poseen un alto valor incluso cuando ya no tienen previsto afrontar más vuelos. El desguace y reciclaje de aviones es un sector que interesa a muchas empresas, por la importancia que tienen los sistemas, piezas y materiales que los componen.
¿Qué ocurre cuando un avión se da de baja?
Por lo general, cuando un avión ya no tiene previsto seguir volando, se deja en un espacio de almacenamiento, conocido popularmente como cementerio de aviones.
En muchos casos, simplemente se «aparca» el avión hasta que su dueño o la empresa propietaria decide reclamarlo para llevárselo, normalmente con fines de desmantelamiento.
No siempre se llevan todo el avión. En ocasiones solo interesan piezas de repuesto. Se elabora una lista y se recuperan todas las piezas incluidas, para ser destinadas a otros aviones que aún tienen previsto seguir en operativo.
Por lo general se trata de instrumentos de cabina, motores, trenes de aterrizaje, frenos, ruedas, unidades auxiliares de potencia, así como equipos informáticos y eléctricos.
Si no interesan más piezas, se procede a dar de baja en el registro al avión, de manera que ya puede procederse a su reciclaje, si se identifican materiales óptimos para ello.
Lugares de España con cementerio de aviones
En España hay localizados varios cementerios de aviones. Algunos de los más conocidos son los de Teruel, Valencia, Málaga, Sevilla, Córdoba, Tenerife, Salamanca, Alicante-Elche, Madrid-Barajas, Sabadell, Barcelona, Menorca, Ibiza, Zaragoza, Badajoz y Granada-Jaén.
En todos ellos podemos encontrar desde aviones que han cesado su actividad y que esperan a que se proceda con el reciclaje de sus materiales, hasta también otros aparatos que no son reclamados por nadie, por ejemplo porque la empresa propietaria ya no existe.
¿Qué materiales se pueden reciclar?
Además de los procesos legales necesarios para retirar, desmantelar y/o desguazar estos aparatos, el reciclaje de aviones en España se topa con una cantidad cada vez mayor de aviones de los que legalmente no se vincula ninguna responsabilidad y, por tanto, se desconoce quiénes deben ser los responsables de proceder a su retirada y reciclaje.
Pero no es por falta de interés, dado que un avión cuenta con muchos materiales de gran valor que pueden aprovecharse con un proceso de reciclaje óptimo.
Entre todos los materiales destaca sobre todo el aluminio. Para extraerlo, se secciona el aparato en muchas partes, que son llevadas a plantas de fundición.
Podemos ver el ejemplo práctico de una aeronave con capacidad para 400 pasajeros y dos pisos. Solamente para extraer el aluminio de sus enormes alas, se secciona primero cada una de ellas en aproximadamente 14 partes, de unos 2,40 metros la unidad.
Luego se transportan todas las partes a la planta de fundición y allí se realiza el proceso de reciclado por el que extraer y recuperar el material de aluminio.
El tamaño de los aviones y la gran cantidad de piezas que pueden aprovecharse, retrasan un proceso normal de desmantelamiento durante aproximadamente 9 semanas, tras las que siguen unas 6 semanas relativas a los trabajos de limpieza y reciclaje.