El empresario Jonathan Krauss y el chef del establecimiento, Justin Horne, son los principales responsables de este proyecto que va a utilizar los excedentes de alimentos que donan otros comercios y distribuidores de Londres, para crear un menú vegetariano que se renueva a diario, variado y sabroso.
Una iniciativa pionera y necesaria en nuestra sociedad y, más concretamente, en la inglesa. De hecho, el Gobierno del Reino Unido estima que cerca de dos terceras partes de los alimentos que se desechan por parte de la industria de restauración podrían aprovecharse.
Según el cálculo del WRAP (Programa de Acción de Residuos y Recursos), el desperdicio alimentario de la industria británica hotelera y de restauración previsto para 2016 podría alcanzar los 3.000 millones de libras (cerca de 4.000 millones de euros).
El restaurante Tiny Leaf está ubicado en Westbourne Park Road, en la zona oeste de Londres. Cuenta con cuatro plantas que incluyen un bistró y bar de zumos en la planta baja, el restaurante cero residuos, un espacio para proyección de cine y otros eventos, y un bar de cócteles botánicos. Su irrupción en el panorama hostelero londinense pretende cubrir un hueco y actuar sobre la sensibilidad ecológica de los comensales que decidan disfrutar de su menú.
“Cambiar la percepción de la gente de lo que es un residuo” es uno de los objetivos que se ha planteado el chef Justin Horne con la finalidad última de que se reduzca la cantidad de residuos que generamos los ciudadanos. Para conseguirlo el chef considera que la cocina vegetariana es el mejor medio. “No hay razón por la que no puedas preparar algo increíble sólo con vegetales”.
Este proyecto ofrece una experiencia gastronómica concienciada a la vez que divertida y variada. Todo en el establecimiento está diseñado para motivar a su clientela a comer productos vegetarianos y de temporada con el objetivo final de lograr reducir la huella de carbono.
Otra de las características diferenciales de este local es que los clientes pueden llevarse a sus casas las sobras de los alimentos que no consuman en biocajas gratuitas que han sido fabricadas a partir de polímeros vegetales biodegradables.
El restaurante Tiny Leaf, en absoluta coherencia con su filosofía, colabora con diversas causas benéficas: una de las principales acciones que desarrolla en este sentido es la donación de 20 peniques por cada botella de agua alcalina vendida a la organización Whole World Water, una organización activista que trabaja para que todo el mundo pueda disfrutar de agua limpia y segura para el consumo humano.
Este proyecto también ofrece a sus clientes la posibilidad de hacer una donación voluntaria de una libra que el Tiny Leaf destina a ayudas para la alimentación de los refugiados o a la Soil Association, una organización ambiental que trabaja para favorecer la agricultura orgánica y sostenible en todo el Reino Unido.