De esta forma, el PEMAR se convierte en el instrumento a utilizar para guiar la política de recursos española durante el plazo citado, con el objetivo de convertir a nuestro país en una sociedad que gestione con eficiencia sus recursos y que avance hacia un modelo de economía circular. El plan sienta las bases para superar en España el modelo de economía lineal, ése que produce, consume y tira, y entrar en otro que reincorpore al proceso productivo los materiales que contienen residuos para convertirlos en nuevas materias primas, es decir, incorporarlos a una cadena de reciclaje. Asimismo, va a ser la herramienta que permitirá corregir deficiencias detectadas e impulsar las actuaciones que garanticen la mejora medioambiental y el cumplimiento de los objetivos legales en gestión de residuos.
Entre los objetivos que marca el plan aprobado destaca el de reciclado de recursos domésticos, que establece que para el año 2020 el 50% de estos residuos deberán destinarse a la preparación para su reutilización y reciclado. Este objetivo supone todo un reto, si tenemos en cuenta que, según datos obtenidos en 2012, en España se reciclan tan solo el 29% de recursos municipales.
El PEMAR tiene 25 capítulos, 15 de ellos centrados en flujos de residuos con normativa específica. En cada uno de los casos describe la normativa y fija los objetivos y la estrategia para poder realizarlos.
Este plan incide en la necesidad de máxima coordinación entre las diferentes administraciones implicadas con competencias en este ámbito, mejora de información y transparencia y llama a superar barreras entre las diferentes comunidades autónomas en esta materia, mediante el uso de instrumentos económicos.
Asimismo, apuesta por intensificar las actividades de control y vigilancia, destinar recursos humanos y económicos para el cumplimiento de los objetivos y trabajar en la comunicación y la sensibilización general.
El PEMAR combina en su propuesta beneficios ambientales, sociales y económicos. Aparte de proteger la salud de la población, de la menor utilización de recursos naturales y el cuidado del clima, todo este conjunto de acciones debería conllevar también beneficios en el plano social y económico generados por la mayor actividad económica relacionada con los residuos.
De la misma forma, el plan provocaría un efecto incentivador del empleo derivado de una mayor capacitación de recursos humanos en el terreno de la reutilización y el reciclado.
Según las estimaciones hechas por la Comisión Europea, si se aplicara toda la normativa vigente en materia de gestión de residuos se crearían más de 400.000 empleos en toda Europa. Las mismas estimaciones calculan que, de ellos, 52.000 se generarían en España.
