Fecha de cotización

Cambio

Seleccione los metales que desea representar:

Cobre
Plomo
Zinc
Aluminio
Niquel
Aleación de Aluminio
Estaño
COBRE: 00.000 € | 00.000 $
ZINC: 00.000 € | 00.000 $
NIQUEL: 00.000 € | 00.000 $
ALUMINIO: 00.000 € | 00.000 $
ALEACIÓN DE ALUMINIO: 00.000 € | 00.000 $
PLOMO: 00.000 € | 00.000 $
ESTAÑO: 00.000 € | 00.000 $

Televisores, frigoríficos, lavavajillas, lectores de CD y DVD, ordenadores portátiles…  todos estos artículos se utilizan cada vez menos tiempo antes de que sus propietarios decidan deshacerse de ellos. En el caso de los teléfonos móviles, uno de los más significativos, se desechan estos productos incluso cuando todavía no han manifestado problemas de funcionamiento.

Esta Agencia Federal de Medio Ambiente alemana (UBA) trata de establecer una serie de requisitos en el ciclo de vida de estos aparatos eléctricos y electrónicos y su calidad. La presidenta de la Agencia, María Krautzberger advirtió de que es necesario encontrar la fórmula para utilizar estos productos durante más tiempo y alargar de esta forma su ciclo de vida.

La cuestión de fondo clave es que muchos de estos aparatos son desechados incluso cuando todavía funcionan a la perfección, como el caso señalado de los teléfonos móviles y también el de las tablets y otros productos informáticos, un sector en el que la continua aparición de nuevos artículos puestos en circulación por los propios fabricantes despiertan en los consumidores una fuerte necesidad de renovar sus productos. Una característica de nuestra sociedad consumista que, en muchos casos, no hace ningún bien a nuestro Medio Ambiente. “Muchos dispositivos tienen una vida muy corta. Y eso, desde una perspectiva ecológica, es inaceptable. Su fabricación agota valiosos recursos, y genera contaminantes que impactan sobre el medio ambiente y el clima. Debemos pensar en los requisitos para una vida útil del producto y en su calidad”, señaló la presidenta de la agencia.

Respecto a los grandes electrodomésticos, como los frigoríficos, la cantidad que hubo que sustituir debido a fallos de funcionamiento después de cinco años de funcionamiento aumentó desde el 3,5% en 2004 al 8,3% en 2013, según el estudio, encargado por la Agencia Federal de Medio Ambiente alemana al Instituto Öko y la Universidad de Bonn.

No obstante, este estudio no ha encontrado evidencias de obsolescencia programada en los aparatos electrodomésticos, lo que equivaldría a decir que el fabricante habría limitado artificialmente la vida útil del producto para que dejara de funcionar pasado un tiempo determinado. Sin embargo, el estudio sí que ha encontrado que la vida de los productos se adapta a las características de los usuarios que los utilizan o su ámbito de aplicación.

Según Maria Krautzberger se podrían aplicar medidas como el etiquetado que indique la vida real de un producto. Según ella, debería potenciarse la reutilización de estos aparatos apoyándose en un diseño que los haga más fáciles de reparar