De acuerdo con Ecoembes (organización medioambiental sin ánimo de lucro que promueve la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente a través del reciclaje), en el año 2016, cada ciudadano español depositó 13,2 kg de envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo (un 4% más que en 2015).
Ebn cuanto a residuos de papel y cartón, cada ciudadano tiró 15,5 kg en el contenedor azul, lo que significa un 2,7% más que en el año 2015.
Estos datos suponen un total de 1.081 envases por habitante depositados en el contenedor amarillo y 628 envases por habitante depositados en el contenedor azul.
En España hay 572.739 contenedores amarillos y azules que se encuentran repartidos por toda nuestra geografía. Hoy en día todos los españoles tienen acceso a cualquiera de estos contenedores. Según Ecoembes el 99% de los españoles tienen acceso a la recogida selectiva de estos residuos porque cuenta con uno de estos contenedores a menos de 100 metros de distancia de su casa.
¿Pero cómo se produce el ahorro de energía con cada residuo?
- Latas: cuando reciclamos una lata de aluminio ahorramos el 95% de la energía necesaria para la fabricación de una lata nueva. Según la Guía Práctica de la Energía del IDEA (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) la energía necesaria para fabricar una lata de aluminio (uno de los procesos industriales que generan mayor impacto medioambiental y que más energía consume) se podría obtener teniendo un televisor en funcionamiento durante dos horas seguidas.
- Vidrio: el vidrio es otro de esos materiales que pueden reciclarse una vez y otra sin perder sus características esenciales. Según los expertos, el vidrio reciclado necesita alrededor de un 30 o un 40% menos de energía para su elaboración si se compara con un proceso que empezara de cero. Esto es debido a que el punto de fusión del material es menor que cuando se utiliza arena de sílice. En el caso del vidrio por cada botella que reciclamos se ahorra una energía equivalente a tener el televisor encendido durante tres horas seguidas.
- Papel: el papel reciclado disminuye el consumo de agua en un 86% y el de energía en un 65%. Por cada hoja de papel tamaño A4 que se recicla se produce un ahorro de energía similar a tener dos bombillas de 20 vatios en funcionamiento durante una hora.
- Electrodomésticos y aparatos electrónicos: estos aparatos contienen elementos tan valiosos como el acero como el acero y el cobre. La elaboración de cobre a partir de procesos de recuperación necesita un 85% menos de energía que el cobre que es producido por primera vez. Algo similar ocurre con el acero. Cada tonelada de acero reciclada supone el ahorro de aproximadamente una tonelada y media de mineral hierro, un 85% de agua, y un 80% de energía.
