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El reciclaje de plástico sigue siendo el objetivo número 1, para conseguir reducir todo lo posible la cantidad de residuos existente de este material.

Sin embargo, mientras empresas especializadas nos dedicamos a esta labor, la sociedad también puede ser partícipe en su apoyo a la reducción del impacto en la huella de carbono, mediante un uso cada vez menor de este material.

Uso de productos sin plástico

La mejor forma de reducir la cantidad de plástico es, sencillamente, comprando menos productos que lo usen.

A la hora de hacer la compra, podemos escoger comprar productos a granel, adquirir envoltorios sostenibles y utilizar aquellos productos, por ejemplo de limpieza, que ofrezcan alternativas naturales.

Hay que tener en cuenta que los residuos domésticos de plástico comienzan entrando en el hogar. Es responsabilidad nuestra la decisión sobre qué productos entran y en qué cantidad.

Alternativas al plástico en casa

No todo el plástico es adquirido como envase de los productos que compramos. A veces, simplemente, hemos comprado envases de plástico para guardar cosas.

Podemos reducir la presencia de plástico en casa con otro tipo de envases. Por ejemplo, el vidrio es un excelente material para guardar todo tipo de productos, incluso para congelarlos o transportarlos. Además, el vidrio es muy fácil de reciclar, por lo que podemos aprovechar este material dándole una segunda vida útil.

Para hacer la compra, podemos reducir también el uso de bolsas de plástico, uno de los principales objetivos que se han propuesto muchos países.

Por un lado, si llevamos siempre nuestras bolsas, no tendremos que estar adquiriendo nuevas constantemente y generando un residuo en crecimiento. Por otro lado, no hace falta que siempre llevemos bolsas de plástico. Las hay de muchos materiales. Incluso hay bolsas de compra fabricadas con materiales reciclados, con lo que nuestro aporte a la sostenibilidad y a la economía circular será todavía mayor.

Conoce los supermercados sin plásticos

Ante esta tendencia social de reducir el plástico en nuestras vidas, ya se han iniciado proyectos de negocio relacionados, como los supermercados sin plásticos.

Su propuesta es evidente. Consideran que pueden mantener su actividad comercial y la de sus clientes, sin necesidad de que el plástico forme parte de la ecuación.

Hay muchos supermercados sin plásticos abiertos en otros países, pero en España también comienzan a aparecer los primeros emprendedores en este ámbito.

La mayoría de ellos vende sus productos a granel. Así, además, solo pagas por el peso real del producto, sin pagar envases ni nada similar.

Una estrategia común en estos establecimientos es apostar por los productos ecológicos. No solo evitan el plástico en los envases de lo que venden, sino que también fomentan que aquello que se haya traído para comerciar o se haya fabricado, haya pasado por un proceso natural, lo menos artificial posible y respetando el medio ambiente.

Por descontado, en estos supermercados no se venden bolsas de plástico. Obviamente sí ofrecen opciones para el transporte de los productos que compras, pero incluso en este sentido motivan a sus clientes a que sean ellos mismos quienes se traigan siempre su bolsa.