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En un hogar, los electrodomésticos tienen un papel importantísimo y están presentes en una cantidad, que si nos paramos a analizar, nos damos cuenta de que es mayor de la que podíamos pensar inicialmente.

Neveras, lavadoras, frigoríficos, lavavajillas, televisiones, equipos informáticos, etc. Lo cierto es que nos rodea una amplia variedad de aparatos eléctricos y electrónicos, catalogados en el sector como AEE.

Como todos sabemos, estos aparatos terminan averiándose, desgastándose o el consumismo imperante nos motiva a comprar unos nuevos y desechar los actuales. Se convierten así en residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).

Cuando adquieren esta tipología, no podemos tirarlos al contenedor bajo de casa, sino que debemos seguir la normativa de reciclaje de residuos electrónicos, que se aplica de forma general a todos los electrodomésticos.

¿A quién llamo para que se lleve mi electrodoméstico roto?

Según esta normativa, si tenemos un electrodoméstico roto que queremos quitarnos de en medio, tenemos varias posibilidades.

La más general es la que hace referencia a que la empresa suministradora de un nuevo electrodoméstico debe responsabilizarse de llevarse el antiguo.

No obstante, lo que muchos consumidores desconocen es que los distribuidores que cuenten con una zona de venta de estos aparatos y que sea de al menos 400 metros cuadrados, tienen la obligación de acoger el RAEE que les lleven, sin obligación de comprar uno nuevo.

Eso sí, el límite se pone en las dimensiones del electrodoméstico. Si este tiene más de 25 centímetros en alguno de sus lados, esta norma no es aplicable.

En estos casos, nos debemos acoger al Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, que nos expone los puntos de recogida municipal que podemos aprovechar para los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

La normativa actual también nos identifica a quién debemos entregar electrodomésticos usados, si tienen algún potencial de ser aprovechados para una segunda vida útil. En estos casos podemos donarlos a una entidad social sin ánimo de lucro o a establecimientos dedicados a la venta de segunda mano, principalmente.

Ahora bien, si no hay opción de aprovechar los electrodomésticos, entonces estamos ante un RAEE y debemos acudir a las empresas de reciclaje de electrodomésticos.

Empresas de reciclaje de electrodomésticos, ¿cómo trabajan?

Las empresas de reciclaje de electrodomésticos disponen de puntos de recogida donde se instalan contenedores y jaulas para recoger estos residuos.

Periódicamente, contamos con medios de transporte especializados para poder llevar los RAEE a una planta específicamente diseñada para su tratamiento. En ella aplicamos tratamientos en frío y extraemos los gases del circuito refrigerante exterior.

Tras todo el proceso, los residuos que han sido tratados tienen un certificado de destrucción, que verifica dicho tratamiento.

Una vez han sido reciclados estos residuos, todos sus componentes útiles, así como los materiales que hemos podido obtener, son otra vez transportados, en esta ocasión a empresas especializadas en distintos sectores, para poder tratarlos con diferentes fines, ya sea para crear nuevos electrodomésticos de misma naturaleza o bien para fabricar otros aparatos eléctricos y electrónicos.