Olaeta defendió al sector de reciclaje y su papel esencial en el camino hacia la economía circular con una llamativa aseveración: aseguró que las plantas de tratamiento de residuos pueden ser consideradas las minas del siglo XXI, ya que convierten en recursos los desechos. Por ello, según Olaeta, los gestores de residuos son la solución para este cambio de modelo aunque lamentablemente el sector sigue cargado de excesiva regulación y trabas administrativas. Un sector, por otra parte, amenazado por el intrusismo y la competencia desleal.
Por su parte, Josep Maria Tost i Borràs, director de la Agència de Residus de Catalunya, instó a los diferentes agentes del sector a colaborar e intercambiar comunicación para mejorar en la gestión de residuos.
Xavier Riba Mas, presidente del Gremi de la Recuperació de Catalunya, señaló que la atomización que vive el sector español requiere asociaciones fuertes que las protejan y que les ayuden a ser más competitivas.
En su conferencia sobre “Tendencias en el Mercado Mundial de las Materias Primas”, José Martínez, fundador-director de Trading12 hizo hincapié en la necesidad del uso de la tecnología para aumentar la rentabilidad. Son otros tiempos y se ha avanzado mucho en tecnología, por lo cual es preciso dar un paso adelante y dejar de gestionar las empresas como lo hacían nuestros padres e incluso nuestros abuelos.
Una de las actividades estrellas de este congreso fue la mesa redonda “La incertidumbre geopolítica mundial y el precio de las materias primas”. El debate giró en torno al efecto en los precios de las materias primas producidos a partir de fenómenos como el Brexit o la llegada al poder de Donald Trump. Los diferentes ponentes coincidieron en las dificultades de este años 2017, en las altas cargas administrativas, la competencia desleal y la necesidad de que la aportación que hace la industria del reciclaje se vea reconocida en la legislación.
Otra ponencia que despertó expectación fue la de Manuel Kindelan, director general de Sigrauto, que puso como ejemplo al sector de reciclaje del automóvil, ya que ha conseguido incrementar las tasas de reciclaje hasta llegar a cumplir los objetivos establecidos por el gobierno europeo. Algo que se ha conseguido sobre todo gracias al esfuerzo de los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) y a las plantas fragmentadoras y posfragmentadoras.
Todos los años, se dan de baja en nuestro país alrededor de 700.000 unidades de automóviles incluidos de las tipologías que recoge el nuevo Real Decreto 20/2017 de vehículos al final de su vida útil (VFU), es decir, turismos, todoterrenos y vehículos comerciales ligeros. Los datos españoles de reciclaje de VFU reflejan un 93,5% de recuperación total, muy cerca del 95% que fija Bruselas para 2015.
La jornada terminó con la presentación del estudio “El impacto de las cargas administrativas en el sector de la recuperación y el reciclado”. Dicho estudio dotará de carácter técnico a la encuesta realizada por el FER, que cifró las cargas administrativas en un promedio de 20.000 euros anuales para cada empresa recuperadora.
