El reciclaje de baterías mantiene una evolución constante, con el fin de intentar recuperar todas las materias primas que sea posible de estos productos.
Los últimos avances son prometedores, dado que níquel, cobalto, manganeso y litio, pueden recuperarse con unos procesos que apenas generan contaminación.
Sin embargo, además del reciclaje de baterías, también se invierte lo máximo posible en la búsqueda de alternativas en su fabricación, dado que algunos de estos componentes, como el cobalto, están rodeados de polémica.
Usos del cobalto y la polémica en su extracción
El cobalto es un material imprescindible en la fabricación de vehículos eléctricos. Más concretamente, es necesario para las baterías de los coches eléctricos. Mediante procesos de aleación, se convierte en factor determinante para la autonomía de la batería.
El problema del cobalto radica en su extracción. La RDC (República Democráctica del Congo) posee el 60% de toda la producción mundial. Su extracción se realiza en unas condiciones muy polémicas, que incluyen según han reflejado algunos informes, explotación infantil y situaciones de riesgo para sus vidas.
Además de esta delicada situación, se añaden también los objetivos comerciales. No se puede depender de un solo país para la extracción del material, algo que ya ha provocado que su precio se dispare en el mercado.
Por otro lado, el cobalto no solo se utiliza en las baterías de vehículos eléctricos. También está presente en la industria de la aviación, el petróleo o la industria química, se utiliza para fabricar pinturas y tintas, para los cables de acero de los neumáticos, así como en muchas otras aplicaciones.
Las baterías con cobalto y sus alternativas
Las baterías con cobalto siguen siendo prioritarias en lo referente a coches eléctricos. Por eso los países occidentales plantean diferentes alternativas.
La más inmediata es invertir en las minas que pueden aprovechar en sus territorios. Australia y Canadá son dos de los países que mayor inversión están destinando en este sentido.
También la Unión Europea (UE) está barajando diferentes opciones de explotación de las minas de cobalto que existen en el territorio.
Ninguna de ellas va a conseguir suplir la enorme producción que se desarrolla en el Congo, así como en otros países, pero sí puede reducir la dependencia respecto a ella.
Además, de diversificar la extracción de este mineral, también se buscan alternativas prácticas al cobalto.
El manganeso es uno de los materiales que se erige como mejor candidato para conseguirlo. Algunos científicos están probando su uso en la fabricación de baterías eléctricas y están consiguiendo resultados prometedores.
El objetivo de estas investigaciones busca el uso de otros materiales para la fabricación de batería iones de litio, que no incluyan cobalto en su composición.
De momento el manganeso parece suplir perfectamente sus propiedades y, además, ofrece ventajas comerciales y de producción relevantes.
Por ejemplo, la abundancia que existe en el planeta de este material. Con las condiciones idóneas de extracción, se dejaría de depender tanto de países concretos.
Por otro lado, la extracción de manganeso es mucho más fácil y práctica que la del cobalto, por lo que se podría obtener con unas condiciones favorables para todos los trabajadores.
