Dicho modelo se aplicaría en el proceso de diseño con el fin de identificar, controlar y mejorar el aspecto medioambiental de cada diseño.
Por ello, en el año 2003 se inició un largo proceso de normativas nacionales e internacionales con la aprobación de la norma UNE 150301 “Gestión ambiental del proceso de diseño y desarrollo del diseño. Ecodiseño”.
Básicamente, se trata de incorporar dentro del diseño industrial una metodología con criterios ambientales en el diseño de cada producto. Lo que se persigue es reducir los impactos ambientales negativos que se pudieran dar a lo largo del ciclo de la vida del producto.
Los productos fabricados tienen una vida útil a partir de su fabricación y su posterior distribución comercial. A lo largo de todo este proceso estos productos necesitan consumo de energía y de materias primas, generan emisiones y deshechos durante su proceso de fabricación y son productores de residuos cuando finaliza su vida útil.
De acuerdo con los principios y la normativa del ecodiseño hay que identificar los posibles impactos medioambientales , que afectan a todo el ciclo vital del producto, antes de que éstos se produzcan para conseguir evitarlos o reducirlos al máximo.
Una de los marcos metodológicos que se aplican para para estimar y evaluar los impactos medioambientales atribuibles a un producto o servicio durante todas las etapas de su vida es Análisis del Ciclo de Vida (ACV), una herramienta desarrollada en los años sesenta. Desde entonces esta metodología se ha completado con el concepto Cradle to cradle, donde los productos son diseñados para no generar residuos, que contempla que todas las materias primas de un producto se pueden separar al final de su ciclo de vida y reutilizarse para producir nuevos materiales de la misma calidad que los originales.
El ecodiseño puede aportar numerosos beneficios a la empresa u organización. Entre otros:
– Garantiza que la empresa cumple la legislación ambiental y los requisitos ambientales legales referentes a sus productos y/o servicios.
– Garantía una gestión del diseño y desarrollo de sus productos y/o servicios con un compromiso de mejora medioambiental.
– Puede aportar una notable reducción de costes de fabricación y distribución de los productos, en cuanto a consumo de materiales, materias primas, embalajes…
– Imagen de marca: asociación de la marca de la organización u empresa con los valores medioambientales y los modelos de producción ecointeligentes.
– Nuevos mercados: nuevas asociaciones con clientes que quieren realizar sus comprar de acuerdo con criterios sostenibles.
– Diferenciación en el mercado respecto a sus competidores.
– Innovación: se fomenta el pensamiento innovador en la empresa.
– Valor añadido de los productos: se incrementa su valor añadido y su calidad.