El caso toma una dimensión todavía más retorcida y siniestra si tenemos en cuenta que la actividad de este vertedero fue declarada ilegal hace ya 13 años, ya que incumplía la normativa medioambiental. La compañía tenía a sus espaldas varias multas y en 2009 su propietario fue condenado a tres meses de prisión por delitos contra el Medio Ambiente. Mientras las montañas de neumáticos ardían el citado propietario se encontraba en paradero desconocido.
Desde 2005 en España es obligatorio el reciclaje de neumáticos y desde 1999 está prohibida la eliminación de neumáticos en vertederos. En las plantas de reciclaje y en las fábricas de revalorización se desarrollan las tareas de retirada de las partes metálicas de los neumáticos para su posterior fundición y reutilización, el triturado del caucho de las ruedas para su utilización como material en la construcción, entre otros procesos.
Sin embargo, estos neumáticos nunca se reciclaron. Los vertederos que ya existían antes del Real Decreto, como el de Seseña, iban reciclándose lentamente. En este caso, la administración no tomó las medidas oportunas. Es de suponer, que después de este trágico incendio las autoridades van a tomar medidas para evitar que se produzcan casos similares en otros vertederos de neumáticos que hay en España.
En 2010 los neumáticos del cementerio de Seseña fueron declarados “bienes abandonados” por una decisión judicial, dejándolos a disposición del ayuntamiento de la localidad. Desde ese momento tanto el ayuntamiento como la administración autonómica han anunciado acciones en varias ocasiones (cuatro días antes del incendio se había anunciado un acuerdo para eliminar los residuos) pero nunca se llegó a concretar ninguna medida. Una situación que ha denunciado en repetidas ocasiones la asociación Ecologistas en Acción.
El suceso adquiere todavía más dramatismo si prestamos atención a la intervención del alcalde de Seseña, el Popular Carlos Velázquez, que vaticinaba en un pleno del Ayuntamiento que si se declarara un incendio en el cementerio de neumáticos no habría dinero para pagar a los bomberos, ya que la catástrofe tendría una dimensión nacional.
A pesar de que el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Jaime González Taboada, señaló que la población podía estar tranquila sobre los índices de calidad del aire, algunas asociaciones ecologistas ya han denunciado que las consecuencias de contaminación del incendio no se han medido adecuadamente y que pueden influir negativamente en la salud de los vecinos de Seseña. Aseguran que 4 días de incendio genera una cantidad de hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son unas sustancias cancerígenas, equivalente a la producción anual de estas sustancias en todo el territorio español. Ya que no se actuó a tiempo de prevenir esta desgracia, las autoridades deberían extremar las acciones de control para evitar que las consecuencias en la salud de las personas y en el ecosistema sean aún más devastadoras. Así lo señalan portavoces de Ecologistas en Acción.
Las administraciones se han comprometido ahora a dar una salida limpia a los residuos de neumáticos de la planta que quedarán todavía cuando el fuego se extinga.
