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En España el reciclaje de vehículos es uno de los ámbitos más importantes del sector, pero a pesar de todo sigue trabajando a un ritmo menor del deseable.

El parque automovilístico español es actualmente uno de los más envejecidos de Europa. Mientras que en el continente la media de edad está en 12,3 años, en España asciende hasta los 16 años.

El riesgo de que haya tal cantidad de coches viejos en circulación es que aumenta la probabilidad de sufrir accidentes.

Por descontado, a esta situación hay que sumar la mayor cantidad de emisiones contaminantes que provoca un coche viejo respecto a uno de nueva generación.

¿Qué hacer con los vehículos antiguos que ya no circulan?

El sector del automóvil es muy diverso y, entre los coches que representan un problema, están aquellos que no circulan por ser demasiado antiguos.

Estos vehículos implican un coste de mantenimiento importante, así como también tienen la obligación de pagar impuestos como cualquier otro vehículo.

Por si fuera poco, muchos propietarios consideran imprescindible hacerles periódicamente un «rodaje», para evitar en teoría que sus piezas se desgasten por falta de uso.

Con estos vehículo lo ideal es el reciclaje, pero si todavía no vamos a optar por ello, siempre podemos darlo de baja temporalmente, en un sencillo proceso en la Jefatura de Tráfico y por un precio de menos de 9 euros.

Esta acción, nos permite ahorrar el seguro, el impuesto de circulación, el pago periódico de ITV y cualquier otro mantenimiento que requiera para circular.

Para los vehículos que cumplan los requisitos apropiados, también está la opción de matricularlos como coches históricos. Se trata de un proceso algo tedioso y requiere una mínima inversión de aproximadamente 600 euros. En contrapartida, disfrutaremos de un vehículo considerado clásico, sin necesidad de pasar por la ITV, sin pagar impuesto de circulación y con descuentos interesantes en la mayoría de aseguradoras.

El proceso de reciclaje de vehículos

Por descontado, la opción idónea a nivel económico, sostenible y práctico es la del reciclaje del vehículo fuera de circulación.

Para iniciar este proceso tendremos que acercarnos a un CAT o Centro Autorizado de Tratamiento y entregar el coche. Este centro deberá emitir un Certificado de Destrucción del Vehículo y realizar los trámites correspondientes a la baja administrativa del Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico (DGT).

En el centro se procede a la destrucción del vehículo, previo desmontaje de componentes potencialmente útiles. Luego se realiza un aplastamiento y posterior fundición, para así extraer metales como el cobre, el aluminio o el acero.

A continuación, se realiza una descontaminación del vehículo, para distinguir los materiales reciclables y se pasa a la máquina de fragmentación.

El último paso del proceso de reciclaje de vehículos se realiza cuando se diferencian metales no férricos y materiales no metálicos, para ser transportados a las diferentes plantas de tratamiento.

De esta manera, se intenta aprovechar todo lo posible del vehículo, para su posterior reciclaje y minimizar los desechos generados.