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Reciclar el cobre implica un ahorro entre el 80 y el 90 por ciento en relación a lo que supone extraer el material de las minas. Se trata de una materia prima esencial que forma parte de nuestra civilización desde tiempo inmemorial.

La Oficina en España del Instituto Europeo del Cobre explica a través de su director, Diego García Carvajal, que el cobre es un material que no pierde sus propiedades al ser reciclado, de hecho las conserva al 100%.

Por este motivo puede ser reutilizado todas las que haga falta, de forma que su contribución a la economía circular puede ser altísima.

Los expertos aseguran que hasta dos tercios del cobre que se ha extraído de las minas desde el inicio del siglo XX (alrededor de 550 millones de toneladas) sigue utilizándose a día de hoy.

El consumo de cobre, el tercer metal tras el hierro y el aluminio que más se utiliza, en todo el mundo asciende a cerca de 28 millones de toneladas de cobre. De esta cifra más del 30% procede de su reciclaje. Un porcentaje que se eleva hasta el 50% en la Unión Europea, que consume anualmente alrededor de 3,7 millones de toneladas de cobre.

Entre las principales propiedades del cobre hay que destacar que es el metal no precioso que presenta una mayor eficiencia como conductor de calor y electricidad. Después de la plata es el que presenta mayor conductividad eléctrica y térmica. Por ello, en torno al 70% de su producción se destina a bienes de consumo final. Tanto es así que es uno de los materiales más utilizados en soldaduras, en aplicaciones eléctricas o en la industria de la construcción, muy habitual en nuestras casas y puestos de trabajo. En automóviles, barcos, refrigeradores, sistemas de aire acondicionado, ordenadores, tuberías, instrumentos musicales, estructuras de grandes estatuas, electroimanes, magnetrones…

Además, el cobre destaca por su elevado coeficiente de dilatación, con una extraordinaria ductilidad y una elevada resistencia mecánica.

La utilización de una tonelada de cobre para la construcción de sistemas eléctricos (que viene a ser lo necesario para el óptimo acondicionamiento eléctrico de 100.000 móviles, 10.000 portátiles, 500 aparatos de aire acondicionado, 50 coches, 10 casas…) permite evitar una emisión de entre 100 y 7.500 toneladas de CO2 a la atmósfera. Esto significa un ahorro en términos de coste energético que puede llegar a los 2 millones de euros.

El Instituto Europeo del Cobre se fundó en Reino Unido en el año 1996 y tiene su sede central en Bruselas. Es el resultado de la unión de las principales compañía mineras, empresas fundidoras y semitransformadoras y la industria europea del cobre.