Es por ello que las asociaciones europeas representativas de la industria europea del acero, el papel y el metal apelan a las instituciones de la Unión Europea en su esfuerzo por avanzar hacia ese modelo de economía circular, trabajando conjuntamente para conseguir un único método de cálculo del reciclaje.
Se trata de Eurofer, asociación que representa el 100 por ciento de la producción de acero en la Unión Europea, la CEPI (Confederación Europea de Industrias del Papel, una organización sin ánimo de lucro) y Eurometaux, asociación que representa a los intereses de la industria de los metales no ferrosos en Europa. Juntas trabajan de forma constructiva en el desarrollo de un método de cálculo unificado para el reciclaje.
Según Alex Eggert, director general de Eurofer, los estados miembros deben empezar a realizar los cálculos de las tasas de reciclaje desde el mismo punto, algo que no se produce con la legislación vigente. La solución adecuada es tener una sola medida, sin ninguna excepción. La aspiración de Eurofer es trabajar con los políticos para pulir las propuestas aprovechando lo mejor de cada una y conseguir medición en el punto de entrada del proceso de reciclaje final. Se debe llegar a una situación en la que se eviten lagunas que permitan a los estados miembros eludir los requisitos en materia de cálculo de tasas de reciclaje.
Sylvain Lhote, director general de CEPI, explicó que las tres asociaciones citadas se han unido para hacer notar la importancia de medir las tasas de reciclaje reales, que es la manera adecuada para avanzar hacia la economía circular. Si somos capaces de medir la tasa de reciclaje real, será más sencillo concentrar la inversión en mejorar los sistemas de recogida y separación de residuos, que supondrían una mejora del conjunto del reciclaje en todas sus vertientes y que impulsaría el desarrollo de la industria.
Por su parte, Chico Thiran, director general de Eurometaux, señaló la necesidad de tener un método común para medir la cantidad de nuestros residuos que se somete a reciclaje, más allá de concentrarnos en cumplir los objetivos de reciclaje que propone la Unión Europea. La máxima prioridad debe ser estableces un único y sólido método de cálculo. Y es que sólo vamos a poder calibrar la viabilidad o lo ambiciosos que puedan ser los objetivos de reciclado una vez sepamos qué es lo que va a calcular exactamente cada uno de los estados miembros.
Así pues, la apuesta común de las tres asociaciones consiste en que se realicen las mediciones a la entrada de las plantas de producción (por ejemplo, acerías y papeleras), último paso en el proceso de reciclaje. Y que esta medida afecte a todos los estados miembros de la Unión Europea.