El problema de la contaminación del entorno marino sigue siendo cada vez más grave. De hecho, ya se ha formado lo que en el sector se ha dado a conocer como «octavo continente», que es en realidad un conjunto de residuos que se han acumulado desde la costa Oeste de América del Norte hacia donde se encuentra Japón.
Esta «isla de basura» ocupa según los últimos estudios un 8,1% de todo el Océano Pacífico, que de forma proporcional sería el mismo tamaño que abarca España. Y sigue creciendo.
Hasta el momento no se había planteado estrategias con las que frenar de manera práctica este problema, mucho menos aprovecharlo para un beneficio medioambiental. El prototipo conceptual de rascacielos Filtration es pionero en esta hazaña.
¿Qué es Filtration?
Filtration es un prototipo de rascacielos presentado en el concurso eVolo, donde se premia precisamente a los rascacielos más ambiciosos. El arquitecto Honglin Li de nacionalidad estadounidense, ha sido el responsable de esta infraestructura innovadora.
El rascacielos presenta una estética futurista, más ligada a las instalaciones mecánicas, porque en realidad está pensado para servir en la gestión de residuos.
Es por este motivo, por el que se plantea su construcción justo en la «isla de basura», que se está generando con residuos de todo el mundo en el Océano Pacífico.
El edificio sería capaz de aprovechar el agua el mar, para generar la suficiente energía con la que bombear la basura y agua que estuviera contaminada hacia la punta de su estructura. Desde allí, comenzaría un proceso con el que se filtraría el agua, consiguiendo depurarla y se generaría material reciclable, con los residuos absorbidos.
Ventajas potenciales de Filtration
Hay que ser conscientes de que Filtration es lo que se denomina «concept arquitecture», es decir, arquitectura conceptual que puede o no llegar a ser realidad. Lo importante no es que este edificio se construya, sino la idea sobre la que se concibe, la de un edificio capaz de ofrecer las mismas posibilidades que las plantas de tratamiento de residuos actuales.
Además de ser un gestor potencialmente óptimo para todo tipo de residuos, este edificio o cualquiera que se construyese bajo este concepto, tendría más ventajas potenciales.
La primera de ellas, la de ser autosuficiente, algo que es menos innovador en realidad. La búsqueda de edificios inteligentes y autosuficientes, está motivando la aparición de construcciones imponentes y cada vez más efectivas.
No obstante, es un requisito para evitar que sus funciones generen algún coste, tanto medioambiental como económico, más allá de la inversión en su construcción. De hecho, esta autosuficiencia permitiría la creación de comunidades en algunas de sus plantas, ya sea para trabajadores o bien para otras personas que, por el motivo que sea, quisieran instalarse aquí.
También se plantea como un proyecto modular. Es decir, que permite que distintas partes de su estructura, sean reemplazadas según las necesidades que se planteen. De esta forma, se adaptaría y evolucionaría conforme el medioambiente requieriese nuevas funciones en su gestión de residuos.