La batería es un dispositivo capaz de convertir energía química almacenada en su interior en corriente eléctrica.
Tipos de baterías
Hay una gran infinidad de baterías, con distintos tipos de clasificación. De forma general, podemos distinguir las siguientes:
- Baterías y pilas alcalinas: Combinan zinc, dióxido de manganeso e hidróxido de potasio. Son muy frecuentes en muchos dispositivos domésticos.
- Baterías de ácido plomo: Baterías basadas en dos electrodos de plomo. Son utilizadas principalmente para proporcionar energía al motor de distintos tipos de transporte.
- Baterías de níquel: Baterías que utilizan níquel en su composición.
- Baterías de níquel-hierro: Baterías que aprovechan láminas de acero niquelado y cuyo origen se remonta a principios del siglo XX.
- Baterías de níquel-cadmio: Baterías que aprovechan ánodo de cadmio y cátodo de hidróxido de níquel.
- Baterías de níquel-hidruro: Baterías que combinan hidróxido de níquel con aleación de hidruro metálico. Son utilizadas en electrónica de consumo, robótica y también en automoción.
- Baterías de litio: baterías de pequeño tamaño y alto rendimiento. Están presentes en dispositivos electrónicos de gran consumo.
- Baterías de iones de litio: Baterías con iones de litio que están aplicadas sobre todo en pequeños dispositivos tecnológicos.
- Baterías de polímero de litio: Baterías con mejores prestaciones que las anteriores, pero con riesgo de inutilizarse si se descargan por completo.
- Baterías de grafeno: Baterías que aprovechan las propiedades del grafeno para ofrecer un máximo rendimiento.
Reciclaje de baterías
El reciclaje de baterías representa uno de los más importantes de todo el sector. El proceso que sigue es el siguiente:
- El usuario debe llevar las baterías gastadas a un punto de recogida selectiva.
- Las baterías son transportadas a una planta de reciclaje.
- En la planta se separan los metales y materiales que componen cada batería.
- Los materiales útiles son aprovechados para la fabricación de nuevos productos.
Riesgo de las baterías
Las baterías se forman con diferentes sustancias químicas.
Si no reciclamos las baterías, estos componentes terminan saliendo al exterior y generando contaminación.
Dos en concreto son especialmente peligrosos: El mercurio y el manganeso.