Se considera residuo peligroso aquél que no es reciclable y/o es considerado peligroso por sus componentes o la degradación/descomposición de los mismos, en relación a la salud de las personas, de los animales o a la integridad del medio ambiente.
Tipos de residuos peligrosos
Los residuos peligrosos están clasificados por la legislación española. Están presentes en el Anexo III de la Ley 22/2011 de 28 de julio. En esta ley están definidos los siguientes tipo de residuos peligrosos:
- Explosivos
- Oxidantes
- Inflamables
- Irritantes
- Nocivos
- Cancerígenos
- Tóxicos
- Corrosivos
- Infecciosos
- Tóxicos para la reproducción
- Mutagénicos
- Emisores de gases tóxicos
- Sensibilizantes
- Ecotóxicos
- Susceptibles de provocar contaminación, como lixiviado.
Origen de los residuos peligrosos
Los residuos peligrosos pueden ser diferentes también en función del origen de los mismos, es decir, el entorno en el que son creados.
De forma general, identificamos los siguientes orígenes de residuos peligrosos:
- Hogares
- Hospitales
- Industria agropecuaria
- Industria del petróleo
- Industria del plástico
- Industria energética
- Industria farmacéutica
- Industria forestal
- Industria militar
- Industria química
- Industria textil
- Investigaciones científicas
- Minería
Cómo se reciclan los residuos peligrosos
Los residuos peligrosos tienen un proceso de reciclaje diferente al del resto de residuos.
En primer lugar, la recogida es distinta. Deben depositarse en puntos limpios o en contenedores rojos, presentes en aquellas industrias, hospitales y cualquier centro donde puedan generarse.
Una vez es transportado el residuo a plantas de tratamiento específicas, se procede a su eliminación, mediante procedimientos seguros tanto para la salud como para el medio ambiente.
Dependiendo del residuo peligroso, si no es posible su total eliminación y/o depuración, debe almacenarse en unidades de almacenamiento específicamente preparadas para ellos.
Por qué es importante reciclar residuos peligrosos
El reciclaje de residuos peligrosos resulta imprescindible, por dos motivos principales:
- Su presencia en entornos naturales puede afectar de forma grave al medio ambiente y a cualquier hábitat.
- Su influencia en la salud de las personas puede ser muy grave, tanto por exposición o consumo directo, como indirecto.