Además, el informe señalaba criterios de cara a futuro mediante los cuales el banco europeo afianza su compromiso con la transición desde un modelo de economía lineal hacia un modelo de economía circular.
En estos momentos, con la entrada en vigor de las nuevas directivas de residuos, este mismo organismo avanza que, en los próximos 4 años, de aquí hasta el año 2020, la estimación de inversión se valora en 40.000 millones de euros.
Entre los sectores que el banco europeo señala como susceptibles de ser financiados figuran estos tres, con los siguientes criterios de actuación:
– Gestión de residuos y recursos: la generación de residuos crece en la mayoría de los países europeos. Este dato muestra el camino e indica claramente que se van a realizar inversiones de alcance en el terreno de las infraestructuras para la recogida selectiva de materiales y también de bioresiduos para incrementar la eficiencia de los recursos. Por esta razón, el banco europeo apunta que se realizarán inversiones importantes en estos dos campos citados anteriormente.
Mientras que en los últimos años las inversiones se centraron principalmente en la gestión de residuos municipales, a partir de ahora van a tener gran prioridad los proyectos dirigidos a los flujos de residuos comerciales e industriales, especialmente los que se centran en reciclado y revalorización.
– Gestión del agua para su eficiencia y seguridad: el banco europeo señala que se financiarán sobre todo proyectos que apoyen la gestión integrada de agua y la asignación eficiente de sus recursos, que trabajen la gestión de la demanda y potencien la eficiencia del ciclo de agua, por ejemplo, el tratamiento de aguas residuales, su reutilización y reciclaje.
Dentro de estos proyectos se encuadran los proyectos de reducción de pérdidas de aguas residuales, recuperación energética a partir de aguas residuales, reutilización de éstas para el abastecimiento de aguas industriales, etc.
– Gestión sostenible de recursos naturales: en este terreno, el Banco Europeo de Inversiones apuesta por proyectos destinados a la producción eficiente de recursos, la elección de alimentos sostenibles y la reducción de residuos alimentarios, proyectos que contribuyen a la eficiencia de los recursos y a la seguridad alimentaria a nivel mundial.
Por ejemplo, el reciclaje del papel supone grandes beneficios ambientales climáticos y en cuanto a la preservación de las actividades forestales. Las industrias de base biológica como las biorefinerías, los bioplásticos y la química verde, permitirán la utilización progresiva de materiales biológicos que sustituirán a los productos basados de combustibles fósiles.
