Todo el mundo quiere disfrutar del último grito en tecnología y presumir de dispositivo, algo que se ha convertido en poco menos que un símbolo de que las cosas nos van bien. Esto ha desencadenado en nuestra sociedad una auténtica fiebre por disponer de las últimas novedades, alentada por una sociedad de consumo voraz. Por otro lado, está la obsolescencia programada que obliga a renovar el material mucho antes de lo que sería deseable. Estas son son dos de las principales causas de una generación de RAEE cada vez mayor en todo el mundo.
Los consumidores desechamos antes de tiempo smartphones, tablets, ordenadores portátiles… y una de las formas de combatir el problema que resulta de esta situación es velar por el correcto reciclaje de todos esos viejos aparatos, ya que están compuestos por distintos materiales, muchos de ellos valorizables; entre otros, materiales plásticos.
De acuerdo con cifras presentadas por un Informe de la Universidad de las Naciones Unidas, en el año 2016 se generaron en todo el mundo más de 44 millones de toneladas de RAEE. Desde teléfonos móviles, consolas de videojuegos y ordenadores, hasta refrigeradores y televisores, todos estos productos contienen residuos plásticos valorizables, como los policarbonatos.
Hace ya años que los investigadores de todo el mundo estudian diferentes métodos de extracción, con el objetivo de reducir la cantidad de residuos que al final van a parar a los vertederos, y para recuperar esos valiosos polímeros.
Hoy en día la metodología empleada incluye la utilización de sustancias cloradas, como el cloruro de Metileno (DCM), que son tóxicas, volátiles y muy caras.
Es por ello que un nuevo grupo de investigadores químicos procedentes de las universidades de Illinois y Nuevo México han propuesto una alternativa basada en el uso de N-metil-2-pirrolidona (NMP), una sustancia que sería más sostenible desde el punto de vista medioambiental. Esta investigación se ha publicado en la prestigiosa revista científica ACS Sustainable Chemistry & Engineering.
Por ejemplo, los teléfonos móviles contienen una mezcla de policarbonato y poliamida. Se han realizado experimentos a gran escala y se ha descubierto que el cloruro de Metileno (DCM) recuperaba el 87% del policarbonato que contienen estos dispositivos, mientras que el N-metil-2-pirrolidona (NMP) que han puesto a prueba en esta investigación llega a recuperar hasta el 89%. Además, el NMP puede reutilizarse al menos una vez sin que pierda eficiencia.
No obstante, determinados residuos electrónicos contienen mezclas de una mayor complejidad que les hace necesitar muchos solventes y gastar una gran cantidad de energía para su extracción. Los investigadores responsables de este estudio proponen como alternativa más efectiva para estos casos la pirólisis (descomposición del material debido a las altas temperaturas).