Fecha de cotización

Cambio

Seleccione los metales que desea representar:

Cobre
Plomo
Zinc
Aluminio
Niquel
Aleación de Aluminio
Estaño
COBRE: 00.000 € | 00.000 $
ZINC: 00.000 € | 00.000 $
NIQUEL: 00.000 € | 00.000 $
ALUMINIO: 00.000 € | 00.000 $
ALEACIÓN DE ALUMINIO: 00.000 € | 00.000 $
PLOMO: 00.000 € | 00.000 $
ESTAÑO: 00.000 € | 00.000 $

Este sistema consta de tres elementos principales: buzones en los cuales depositar las bolsas de basura, una red de tuberías conectadas a los buzones que se distribuyen por debajo del suelo y que es por donde viaja la basura; y una central de recogida hasta la cual llegan las bolsas absorbidas por un ventilador.

En los últimos tiempos, la Inteligencia Artificial y el Internet de las Cosas ayudan a este sistema en su autoregulación y lo convierten en más eficiente, haciendo posible incluso que el usuario pague solo por la basura que genere.

La ciudad de Bergen, una de las grandes ciudades noruegas, tiene en marcha un proyecto piloto que incorpora la conectividad a todo este proceso. En el momento en el que el ciudadano accede al contenedor de basura tiene que identificarse en un sistema que, por una parte, registra la cantidad de residuos y, por otra, el tipo de residuos que deposita. De esta forma, el Internet de las cosas se encarga de que cada uno pague por los residuos que genera. El Ayuntamiento de Bergen cuenta con aplicaciones en línea para recibir todos estos datos, medir el volumen de residuos que se genera en cada hogar y hacer la correspondiente factura al ciudadano según todos estos datos.

En estos momentos el sistema de pago por recogida de basuras resulta bastante impreciso, ya que estos impuestos se pagan con una tasa fija, independientemente de la cantidad de basura que cada hogar genere. El proyecto que se ha puesto en marcha en Noruega, y que se encuentra en fase de pruebas, puede resultar muy útil para ajustar las tasas a cada caso, y también para prever picos en los vertidos.

En este proceso, sin duda, jugará un papel muy importante la Inteligencia Artificial. Las máquinas se encargan de detectar cuándo están llenos los buzones y cuándo es necesario vaciarlos, y ellas mismas se autoregulan y saben cuándo deben activarse. Utilizarán algoritmos para calcular la frecuencia de apertura de los buzones.

Este tipo de sistemas es propio de las llamadas smart cities o ciudades inteligentes. No obstantes, aunque la tecnología es una herramienta poderosa, es preciso desarrollar entre la población una conciencia respecto a la gestión de residuos que nos permita aprovechar al máximo todos los avances tecnológicos. Por lo tanto, la concienciación y el perfeccionamiento de estos sistemas deben avanzar a la par para que este proyecto cumpla los objetivos que se ha fijado y suponga una mejora fiable y de verdadera importancia para la recogida de residuos en nuestras ciudades.