El sector de los móviles reciclados o reacondicionados está experimentando una tendencia creciente en los últimos tiempos y se ha convertido en un pujante mercado emergente. Según un reciente estudio de Counterpoint dicho sector creció un 10% interanual en el segundo trimestre de 2018. Sin embargo, el sector de la venta de nuevos smartphones cayó un 1% en dicho año.
Cada vez son más personas las que invierten en la reparación de un móvil y se convierte en un hecho bastante frecuente que se repare para regalarlo a algún familiar.
El reciclaje de móviles tiene diversas ventajas: por una parte, contribuye a la lucha contra el impacto ambiental de los residuos tecnológicos; por otra, lucha contra la obsolescencia programada y reduce el uso de los “minerales de sangre”, como se conoce a los que son extraídos de zonas de conflicto armado. El 99% de los móviles que utilizamos lleva coltán en su interior, un compuesto altamente tóxico, producto de la mezcla de los minerales columbita (COL) y tantalita (TAN), que origina graves problemas ecológicos.
La reparación de móviles es cada vez más frecuente por parte de aquellos que tienen un dispositivo de gran calidad, una buena práctica de protección del medio ambiente que si se generaliza puede ayudar a mitigar el problema de la extracción de coltán. Hace apenas ó 10 años esta era una tendencia prácticamente inexistente, que hoy en día ha cambiado.
De acuerdo con un estudio de la universidad canadiense McMaster, aproximadamente el 95% de la contaminación que produce un Smartphone se genera a lo largo del proceso de fabricación del dispositivo. Cuanto más se alargue la vida útil de un dispositivo más estaremos contribuyedo a mejorar la salud ambiental de nuestro planeta.
Los expertos aseguran que si realmente se acabara con la obsolescencia programada cualquiera de nuestros móviles podría tener una vida útil de hasta 12 años.
Entre las reparaciones más comunes que se suelen realizar a un teléfono móvil figuran la reparación de pantallas, la sustitución de baterías y la reparación de cámaras y componentes de audio, como auriculares, altavoces, etc.
Los elementos más contaminantes de los smartphones son sus baterías. Según un estudio desarrollado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Físicas de la Universidad de Surrey, solo una batería de cualquiera de nuestros teléfonos inteligentes puede llegar a contaminar hasta 600.000 litros de agua.
Por estos motivos, hoy en día cobra fuerza un movimiento que trata de concienciar sobre los peligros de no reciclar nuestros móviles y de la contaminación que generan los dispositivos electrónicos, animando a reparar nuestros terminales para luchar contra la contaminación.