Estos residuos crecen en nuestro país en un ritmo de un 20% anual. La media de residuos generados por habitante es de 17 kilogramos de desechos electrónicos de media.
El mismo comunicado destaca que a escala global, la producción de residuos electrónicos crece tres veces más rápido que la media de los residuos urbanos.
Al año se producen 50 millones de toneladas de residuos electrónicos en todo el mundo. Según la misma nota, con el tratamiento adecuado podrían reciclarse entre el 70 y el 90 por ciento de dicha producción.
Se prevé que durante 2016 se compren 120 millones de unidades de dispositivos móviles a nivel mundial, la mayoría de ellos reacondicionados. La consultora Deloitte ha hecho una estimación de una facturación estimada para esta cantidad de dispositivos de 17.000 millones de dólares (algo más de 15.000 millones de euros).
Según otro informe de la Fundación Ecolec, entidad sin ánimo de lucro que representa al sector de fabricantes e importadores de grandes y pequeños electrodomésticos, durante el año 2015 se gestionaron 81 millones de kilos de basura electrónica en España. La comunidad autónoma que lidera toda esta gestión en cantidad de residuos eléctricos y electrónicos es Cataluña, con un total de 12.864 toneladas. Detrás de Cataluña se encuentra Madrid con 12.486 toneladas, la Comunidad Valenciana con 9.713 toneladas y Andalucía con 8.981 toneladas.
Los motivos principales que encuentra el estudio de Back Market para toda esta generación de basura electrónica, son los siguientes: por un lado, el gran aumento del consumo de dispositivos tecnológicos y su popularización masiva entre la sociedad y, por otro, el mal tratamiento que se hace de aquellos dispositivos que dejan de utilizarse. El principal problema es que una gran parte de los residuos electrónicos se acumulan como chatarra en vertederos, donde no reciben el tratamiento adecuado, en lugar de ser sometidos a un conveniente reciclaje.
La mala gestión de estos residuos genera problemas medioambientales que afectan a la salud de las personas, ya que la inmensa mayoría de estos productos electrónicos son muy tóxicos, ya que contienen materiales como el bromo, cadmio, fósforo o mercurio.
A pesar de este dato público, actualmente, casi la mitad de los países integrantes de la Unión Europea no cumplen de forma estricta la regulación que establece la directiva sobre la gestión de estos residuos eléctricos electrónicos (RAEE). La causa de este alto incumplimiento no es otra que las bajas sanciones que se aplican, que no suponen un freno real para las malas prácticas medioambientales.
Thibaud de Larauze, el consejero delegado de Back Market, ha señalado que, como usuarios, no nos planteamos si realmente la compra de un nuevo dispositivo es necesaria. Deberíamos realizar el ejercicio de preguntarnos si realmente necesitamos comprar un móvil nuevo o si podríamos seguir utilizando el que ya tenemos.