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La permacultura está cada vez más asentada en nuestra sociedad, conforme más gente la conoce y la pone en práctica en su filosofía de vida.

Abordamos qué es la permacultura, cómo funciona, en qué principios se basa e incluso cómo podríamos desarrollar un jardín basado en todo lo que expone.

¿Qué es permacultura?

La permacultura consiste en un tipo de diseño agrícola basado en una ética ambiental, que prioriza el cuidado de nuestro planeta, el cuidado de las personas y la búsqueda de un reparto equitativo de los excedentes.

El término tiene su origen en el concepto de «agricultura permanente» derivado hacia «cultura permanente», presentando así todos sus principios como una guía ética sobre la que trabajar, por ejemplo el cultivo de la tierra.

En la actualidad encontramos además 2 tipos de permacultura. Por un lado tenemos la permacultura rural, pensada en contribuir a conservar mejor los recursos naturales como los suelos fértiles o incluso el agua.

Por otro lado tenemos la permacultura urbana, considerada de aplicación sobre edificios y ciudades en general y cuyo objetivo es plantear un rediseño de estos espacios para conseguir un impacto positivo en la naturaleza.

Los principios básicos de la permacultura

La permacultura se puede basar en diferentes principios, siendo los 3 básicos los ya comentados: cuidar la naturaleza, cuidar las personas y repartir excedentes.

Pero por ejemplo, a la hora de diseñar un jardín o huerto basado en ella, cuenta con otros 12 principios que también podemos aplicar, siempre basándose en los 3 anteriores.

Cómo desarrollar un jardín en permacultura

Aplicando todos estos principios de diseño de jardín podremos formar parte del ciclo de la naturaleza, aprovecharla en todos sus recursos, compartiendo los excedentes que consigamos, tanto con otras personas como también con el propio entorno.

Observación e interacción

Debemos observar el entorno y reflexionar sobre cómo la naturaleza funciona en ese espacio y de forma general. Con una reflexión adecuada podremos ver opciones con las que aprovechar mejor la naturaleza, respetando las necesidades del entorno.

Energías renovables

Queremos aprovechar al máximo un jardín en base a la permacultura, por lo que debemos ser autosuficientes. Las energías renovables pueden ayudarnos a ello, pero antes debemos elegir su tipología y proceder a instalar los recursos apropiados, con los que obtener y almacenar energía.

Rentabilizar nuestro jardín

Trabajar la tierra es la mejor forma de aprovechar la naturaleza, por eso debemos buscar la producción de alimentos propios, tanto frutas y verduras como incluso hierbas comestibles.

Aplicar mayor sostenibilidad

Igual que en la ciudad buscamos cómo aprovechar escombros y reducir residuos, en la permacultura rural se plantea cómo reducir la presencia de plásticos o cómo reutilizar los residuos que generemos, con el fin de que nuestro impacto en el entorno sea el menor posible.

Utilizar recursos renovables

Progresivamente es importante utilizar recursos renovables, para aprovechar una retroalimentación lo más avanzada posible. Esto abarca desde contar con proveedores de energía verde hasta escoger plantas perennes de las que podemos guardar nuestras propias semillas.

Reducir la producción de residuos

El concepto de cero residuos es un objetivo común en la permacultura, pero poco práctica en la realidad. Lo que debes plantearte es mejorar la decisión de compra de nuevos productos, valorando tanto su calidad como su envase y sus posibilidades de reciclaje.

Diseña el patrón de jardín perfecto

El análisis del terreno te ofrecerá información adecuada sobre la cantidad de sol y sombra que tiene todos los días, si está en pendiente o no, los cultivos que serán más apropiados, etc. Diseña un jardín en base a tus conclusiones.

Busca la integración

La permacultura fomenta el cultivo de plantas de distinta tipología, complementarias entre sí, con las que poder contar con una cosecha óptima en la que el terreno se aproveche todo lo posible.

Afronta objetivos a corto plazo

La transformación de un jardín en la permacultura requiere pequeños pasos, decisiones concretas y afrontar los problemas uno a uno, con soluciones prácticas pero no drásticas.

En el diseño de un huerto o jardín en este ámbito, la progresión debe ser constante, pero no abrupta, para que podamos valorar en su evolución si vamos por el buen camino.

Cultiva de forma diversificada

No te centres en un único cultivo. La permacultura promueve la diversidad en plantaciones, para aprovechar así un catálogo de semillas y plantas, que permita cubrir todas las necesidades nutricionales.

Llega hasta los límites que puedas

Límites físicos del terreno y también creativos. Aprovecha todo el espacio, incluso allí donde nadie ha conseguido llegar, para plantear nuevas medidas de aprovechamiento de la naturaleza, en lugar de descartar ese terreno.

Afronta el cambio con creatividad

La naturaleza es cambiante y constantemente nos va a requerir cambios en nuestro jardín. Esta forma de afrontar nuestro impacto en el entorno plantea la creatividad como el camino idóneo con el que lograr esa adaptación, sin traicionar los principios de la permacultura.