El anodizado del aluminio es un proceso que se aplica a este metal, con el fin de aumentar su resistencia y durabilidad.
En este artículo te contamos en qué consiste el anodizado del aluminio, así como su relación con el reciclaje y las ventajas que ofrece, tanto a nivel funcional como medioambiental.
Qué es el aluminio anodizado
El aluminio anodizado es aquél que ha pasado por un proceso electroquímico, que consiste en formar una capa de óxido de aluminio (conocido como alúmina) sobre la superficie del aluminio original.
Gracias al espesor que conseguimos sobre cualquier pieza metálica que se incluya en un proceso de anodizado, podemos aumentar su vida útil.
Hay muchos motivos por los que buscar obtener aluminio anodizado, además de conseguir una mayor protección del material contra el desgaste o la corrosión. También se aprovecha para obtener diferentes acabados cromáticos o decorativos, así como para conseguir un óptimo aislamiento eléctrico de la superficie.
Además, es posible el reciclado del aluminio anodizado. Con él, podemos reducir hasta 4 Kg de CO2 por cada 1 Kg de material reciclado, más incluso que con el reciclaje de 1 Kg de aluminio lacado.
Teniendo en cuenta el auge que se está experimentando tanto en la instalación como en el reciclaje de cables conductores de aluminio y otros materiales con este metal, este proceso de anodizado se presenta como un complemento ideal, para aumentar su durabilidad y seguir permitiendo reciclar el material original.
Los colores del aluminio anodizado
Los motivos estéticos están muy presentes en muchos procesos de aluminio anodizado. Con ellos podemos generar una coloración en el metal de larga duración.
Los colores que mejor podemos obtener en un proceso de anodizado son el negro, el verde, el azul, el oro, diferentes tonalidades de bronces, el inox, el titanio y el burdeos.
Pero además, también podemos conseguir una capa traslúcida, que reforzará la apariencia metálica de la superficie.
Cómo se limpia el aluminio anodizado
El factor de la limpieza es otro de los motivos por el que este proceso es muy recomendable. A pesar de que la capa de anodizado va a ofrecer a la superficie protección incluso a la radiación por exposición solar, con el tiempo se puede ensuciar, sobre todo si está expuesta a la intemperie.
Sin embargo, podemos aplicar una limpieza muy efectiva, de forma rápida y sencilla con el uso de detergentes y algún abrasivo.
En este proceso, la pérdida de anodizado es mínima y, sin embargo, la capa que obtenemos es prácticamente idéntica a la que se consigue originalmente. Por tanto, se preservan sus beneficios estéticos y, al mismo tiempo, se consigue limpiar a la perfección.
Una superficie de aluminio anodizado limpiada correctamente, nos va a permitir aprovechar todo lo posible sus propiedades por más tiempo, con un acabado estético a la altura de nuestros objetivos.
Al contrario, si intentásemos el mismo proceso de limpieza sobre una superficie de aluminio sin protección, desgastaríamos el metal, podríamos reducir de forma notable sus propiedades y tendríamos que sustituirlo mucho antes.