El reciclaje de líquido de frenos es uno de los más importantes en la actualidad. El volumen de vehículos que se fabrican sigue subiendo y todos ellos requieren de este elemento, para poder funcionar correctamente.
Cuando un coche es dado de baja, comienza el proceso de desguace y reciclaje de todas sus piezas. Los líquidos y refrigerantes, entre los que se encuentra el líquido de frenos, deben ser tratados debidamente, por empresas profesionales cualificadas.
¿Qué es el líquido de frenos?
Desde un punto de vista práctico, el líquido de frenos se encarga de que al pisar el pedal de nuestro coche, las ruedas se frenen. Para ello este líquido impulsa la transmisión de fuerza desde el pedal de freno hasta los cilindros y así las ruedas se detienen.
Este líquido es elaborado mediante la mezcla de compuestos químicos, principalmente derivados de poliglicol. Podemos encontrar, entre otros, hidrocarburos, disolventes, distintos aditivos, así como también metales pesados.
Precisamente estos componentes son la clave del reciclaje del líquido de frenos. Son altamente tóxicos.
De hecho, el líquido de frenos está catalogado de forma oficial como un residuo muy peligroso. Esto significa que solo hay dos vías legales de tratarlo, mediante procesos de reciclaje o por supresión directa, con los medios especializados necesarios.
El reciclaje del líquido de frenos
¿Qué pasa si dejamos el líquido de frenos en medio de un entorno natural y no lo reciclamos? Las consecuencias pueden ser catastróficas.
Para la Naturaleza para empezar, dado que sus componentes pueden filtrarse por el suelo e incluso llegar a zonas donde discurra el agua. Los daños medioambientales serían de extrema gravedad en aquél entorno donde se produjese la contaminación.
Por otro lado, son componentes altamente tóxicos para el ser humano. Solo con estar cerca de ellos, pueden ser nocivos para nuestra salud.
Por tanto, el reciclaje de líquido de frenos responde a una doble necesidad. La de protegernos de sus componentes y la de poder utilizarlos con nuevos fines.
En Derichebourg España realizamos un proceso integral de reciclaje de automóviles, en el que el líquido de frenos forma parte junto al resto de componentes de una importante fase.
Una vez los automóviles son trasladados a nuestro Centro Autorizado de Tratamiento o CAT (disponemos de varios en Pontevedra, Portugal, Valladolid, Valencia y Sevilla), una de las tareas a realizar es la descontaminación del vehículo.
En esta fase, nuestros profesionales, con la ayuda de la maquinaria necesaria, extraen todos los líquidos que son peligrosos. Aquí entran los aceites, el combustible y también los líquidos de frenos.
En la medida de lo posible, estos residuos deben intentar ser aprovechados para una segunda vida útil. Los líquidos de frenos, por ejemplo, se pueden destilar después de que hayamos analizado sus niveles de calidad.
Si pueden aportar valores útiles, el tratamiento permite aprovechar los residuos mediante reciclaje industrial. Así conseguimos de nuevo materia prima que nos puede servir para crear nuevo líquido de frenos, listo para ser utilizado en un coche nuevo.
Otras utilidades del líquido de frenos reciclado es convertirlo en refrigerante o también en disolvente de pintura.