En el caso de Teruel se trata de un aeropuerto que funciona desde 2013 y que, lejos de ser deficitario como muchos otros aeropuertos de pasajeros, ha encontrado su rentabilidad manteniendo, estacionando y reciclando aviones.
Estas instalaciones tienen la condición de aeropuerto para vuelos internacionales. Hasta este aeropuerto de Teruel llegan aviones procedentes de todo el mundo para reposar y ser sometidos al pertinente mantenimiento y sus instalaciones están preparadas para recibir y tratar a estas aeronaves al final de su vida útil.
Según Alejandro Ibrahim, director de estas instalaciones se ha dado respuesta eficaz a una clara necesidad del sector. En Europa existe una gran demanda en este sentido, y es de suponer que va a ir en aumento: en los años 80 se construyeron alrededor de 12.000 grandes aeronaves que habrá que reciclar en un plazo no superior a 20 años.
La Plataforma Aeroportuaria de Teruel (PLATA) fue promovida por el gobierno aragonés, con la participación del Ayuntamiento de dicha ciudad. Un 60% pertenece al primero y el 40% restante está en manos del ayuntamiento, que cedió el terreno de un antiguo aeropuerto militar.. Desde un primer momento fue concebido como un aeropuerto industrial, diseñado como complejo aeronáutico para el estacionamiento, mantenimiento y reciclado de aviones, no para el tráfico de viajeros ni mercancías.
Se realizó una inversión inicial de 45.000 millones de euros, no exenta de cierta polémica en una época en la que se abrieron aeropuertos no operativos como el de Castellón o Ciudad Real. Pero pronto se demostró que las cosas en este caso iban a ser distintas.
Poco después de iniciada su actividad se vieron los primeros resultados. Muy pronto, el aeropuerto de Teruel conseguía su primer gran cliente: Tarmac Aerosave, filial de gigante aeronáutico europeo AirBus, empresa especializada en el estacionamiento, el mantenimiento y el reciclado de aeronaves, una especialidad en la que consigue la recuperación del 90 por ciento del peso del avión.
De hecho, Tarmac ha solicitado al consorcio encargado de la gestión del aeropuerto que optimicen el sistema de iluminación de las pistas para que el aeropuerto pueda dar servicio las 24 horas del día, de forma que puedan despegar y aterrizar aviones en estas instalaciones a cualquier hora o en condiciones meteorológicas que dificulten la buena visibilidad. Esto significa más trabajo.
En sintonía con lo que señalaba el gerente de la plataforma, según el gobierno aragonés en las próximas dos décadas se desmantelarán en todo el mundo unos 15.000 aviones. Teruel quiere que cada vez sean más, ya que el negocio está creando puestos de trabajo y debe seguir creándolos.
La PLATA quiere estar bien preparada para poder asumir todo ese trabajo. Desde el pasado mes de agosto ya tiene los permisos para que Tarmac pueda trocear estos gigantescos aparatos, reutilizar sus aparatos electrónicos y extraer su cobre, hierro y aluminio para su venta.