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La ayuda al medio ambiente se puede ofrecer desde muchos ámbitos. Uno de los más importantes es el relativo a la recuperación de espacios degradados.

¿Qué es un espacio degradado?

Un espacio degradado, por definición, es aquél en el que se han producido vertidos incontrolados o se han depositado residuos de forma inadecuada.

Pero por lo general, podemos considerar un espacio degradado, aquél que sencillamente está en un estado insatisfactorio, desde el punto de vista de la ecología, el paisaje o el uso práctico del suelo.

El motivo de su estado puede ser distinto. En ocasiones vendrá motivado por un problema de contaminación, pero también puede deberse a una degradación natural o distintos procesos de erosión.

Tipos de espacios degradados

Independientemente del origen, un espacio degradado puede ser de muchos tipos, dependiendo sobre todo de su ubicación.

En base a esta clasificación, encontramos normalmente estos tipos de espacios degradados:

  • Terrenos agrícolas marginados.
  • Zonas deforestadas y erosionadas.
  • Espacios periurbanos.
  • Zonas que se hayan visto afectadas por construcción de obras públicas y similares.
  • Espacios residuales abandonados.
  • Áreas afectadas por actividades mineras.
  • Espacios degradados por actividades turísticas y/o recreativas.
  • Zonas afectadas por acumulación de vertidos.
  • Espacios degradados por contaminación en general.

Cómo recuperar espacios degradados

A la hora de recuperar espacios degradados, siempre hay que personalizar las acciones a las necesidades de cada zona de actuación, así como a los motivos de su estado actual.

En cualquier caso, hay que distinguir 2 estrategias importantes en la recuperación de espacios degradados.

La primera de ellas es la prevención. Lo ideal sería no tener espacios degradados, sobre todo aquellos que están así por cuestiones de contaminación.

La recogida selectiva de residuos es la mejor metodología para conseguirlo, desde el uso de contenedores de colores hasta el reciclaje de RAEE o el tratamiento adecuado de residuos que no se enmarquen en las clasificaciones usuales.

En segundo lugar, tenemos que actuar sobre los espacios ya degradados, con el fin de devolverles su estado natural (o ecológicamente aceptable) y evitar que vuelvan a degradarse en el futuro.

Esto podemos hacerlo en diferentes fases:

Fase de análisis

Lo primero que hay que realizar es un diagnóstico ecológico de la situación del espacio degradado. Gracias a él podremos identificar las causas de su estado actual y los posibles procesos necesarios para la recuperación.

Fase de objetivos

La recuperación de un espacio degradado puede tener diferentes objetivos. En ocasiones podremos intentar devolverle su estado natural, pero es posible que esto sea inviable por muchas razones.

Por ello hay que establecer objetivos realistas, prácticos y funcionales, de manera que podamos aprovechar lo mejor posible el espacio resultante.

Fase de acción

En esta fase aplicaremos las estrategias acordadas para la recuperación del espacio degradado. Aquí necesitaremos recursos, personal y paciencia, para que las acciones tengan su efecto sobre el terreno.

Fase de evaluación

Desde que terminamos las estrategias de acción sobre el espacio degradado, comienza la fase de evaluación de su progreso. En esta fase lo importante es confirmar que las estrategias estarán haciendo el efecto deseado y que el terreno evoluciona favorablemente, de acuerdo a los objetivos que nos hayamos planteado.