La mencionada Apple sigue mejorando su compromiso con la sostenibilidad medioambiental mientras que otros gigantes de la tecnología móvil como Huawei o Xiaomi no cuentan con políticas demasiado transparentes en este sentido.
Nuestro día a día ya no se concibe sin la presencia casi constante de smartphones y tablets que crecen en paralelo a los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se generan y que representan un grave problema para nuestra sociedad.
A raíz de la publicación en 2006 de un ranking verde de empresas por parte de Greenpeace, que incluía un listado de multinacionales fabricantes de productos electrónicos y tecnológicos ordenadas por su compromiso con el reciclaje o el uso de material de bajo perfil contaminante en su fabricación, muchas empresas se fueron concienciando del problema e intentado actuar al respecto, mientras que otras aún tienen mucho trabajo por delante. Dicho ranking dejó de publicarse en 2012. Recientemete la ONG ambientalista se ha planteado recuperarlo.
De hecho en 2017 ha lanzado una nueva edición que ha hecho un análisis de 17 empresas en tres áreas fundamentales: uso de energías renovables, utilización de materiales reciclados y eliminación de sustancias químicas. El objetivo de este informe es que las compañías tecnológicas puedan mejorar y que el usuario esté informado para elegir.
En este análisis de 2017, Apple figura en segundo lugar, tan solo detrás de Fairphone, una compañía creada en 2013, contraria a la obsolescencia programada y con el objetivo de ofrecer un Smartphone ético que evita los “minerales de sangre” o “minerales de conflicto”. Así se denominan a aquellos minerales que proceden de zonas de conflictos cuya venta permite la financiación de determinados grupos armados.
Por su parte, Apple mantiene el compromiso de que el 100% de la energía que utiliza en la cadena de suministro es renovable, después de haber eliminado retardantes de llama bromados, que son muy tóxicos, y el PVC de sus productos. Además, esta compañía se ha comprometido también a reciclar el estaño y el aluminio de los móviles antiguos.
En la misma línea, aunque con una nota más baja, se encuentra Google, que también prescinde actualmente en la fabricación de retardantes de llama bromados y el PVC. De las 17 empresas que han pasado por este análisis, solo cinco de ellas (Apple, Google, Microsoft, Dell y HP) publican la lista de componentes que solicitan restringir a las empresas de sus cadenas de suministro.
Las nuevas marcas chinas, como Huawei, Oppo y Xiaomi destacan por su falta de transparencia en la información sobre la relación entre su cadena de suministro y la huella tecnológica.
Samsung suspende en este análisis, a pesar de su compromiso con el reciclaje del fallido Galaxy Note 7, al utilizar tan solo un 1% de energías renovables en la fabricación.
Microsoft, sin embargo, ha mejorado su nota, ha mejorado las condiciones de los trabajadores y se ocupa de que no exista trabajo infantil. No obstante, determinadas líneas de sus productos son difíciles de reparar.
Otro caso es Amazon, que no es transparente en cuanto a las emisiones de gas invernadero.
Como resumen, se puede decir que las tecnológicas han mejorado en cuanto a conciencia ecológica de cinco años (cuando se publicó el último ranking de Greenpeace) a esta parte. Sin embargo, un de las tareas pendientes es la restricción de combustibles fósiles en la fabricación, el ecodiseño, la facilidad en la reparación y las emisiones de dióxido de carbono.
Según este estudio prolongar la vida útil de los móviles es crucial, ya que solo el 16% de los residuos electrónicos a escala mundial se recicla.
