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Dicho sistema consiste en unas máquinas de depósito para determinados envases (agua, zumos, cerveza y refrescos en los formatos de vidrio, plástico, lata y tetrabrik), que se colocarían en los comercios. De esta forma, los usuarios abonarían 10 céntimos por estos envases que luego recuperarían al reciclar el envase en uno de estos depósitos.

Por su parte, los comercios recibirían 2 céntimos por sus labores de recogida, custodia y entrega de dichos envases para su correspondiente reciclaje. Todo ello supondrá, según los responsables del proyecto, poner en el mercado valenciano entre 30.000 y 35.000 millones de euros anuales que se tendrán que ser repartidos entre los diferentes comercios.

El gobierno valenciano espera tener la normativa acabada para principios del año que viene, de manera que todos los agentes implicados en este nuevo sistema dispongan de un  año para adaptarse.

El gobierno valenciano, a través de esta conselleria, busca importar a nuestra sociedad la experiencia alemana y conseguir, a través de este sistema, reducir el abandono de envases en tierra y mar. Para ello, se ha reunido con el director de la ONG Deutsche Umwelthilfe (DUH), Jürgen Resch, que fue una de las partes impulsoras (junto al exministro de Medio Ambiente, Jürgen Trittin)  del sistema de depósito, devolución y retorno de envases en aquel país. Con esta experiencia como referente el ejecutivo valenciano confía en mejorar la gestión de residuos, reducir el impacto medioambiental y cumplir mejor la normativa europea.

Según Julià Álvaro, secretario autonómico de medio Ambiente y Cambio Climático del gobierno valenciano, 5 de los 7 millones de envases generados al año no se reciclan y van a parar a vertederos, calles, playas… Al respecto, los responsables del sistema de depósito alemán han señalado que con este método se recupera el 99% de los envases, ya que el usuario tienen que pagar por ellos. Y en el caso de que se abandonen los envases por la calle, siempre hay gente que los recoge y los lleva al depósito más cercano, instalado en un comercio.

Sin embargo, hay organizaciones  que consideran que este sistema podría ir en contra de años de concienciación en el uso de los contenedores. Las voces más críticas con este sistema, que fomenta que los ciudadanos asocien el reciclaje a la percepción de dinero, señalan que detrás de todo esto solo se esconde el interés económico de las empresas fabricantes de estas máquinas que reciben envases y entregan dinero. En su defensa, estas empresas y las plataformas a favor de este tipo de sistema señalan que no están a favor de que los contenedores tradicionales desaparezcan, sino que el papel de estas máquinas tiene que ser complementario a los puntos verde y contenedores que existen en nuestras ciudades.