Se trata de una nueva estrategia global referida a los envases, anunciada por The Coca-Cola Company, que lleva por nombre “World without taste” (un mundo sin residuos). La estrategia vertebra todo lo que es el ciclo de vida del envase, desde su diseño y fabricación hasta su reutilización y reciclaje.
El objetivo que persigue este plan de reciclaje, que incluye a los más de 200 socios embotelladores de Coca-Cola, es la recogida y el reciclaje del 100% de todas las latas y botellas que se comercialicen a escala mundial para el año 2030.
James Quincey, presidente de esta compañía multinacional, ha declarado que Coca-Cola seguirá centrada en el desarrollo de envases 100% reciclables o reutilizables, en la reducción de la cantidad de materiales que son necesarios para fabricar cada envase y en el incremento de material reciclado que se utiliza para cada uno de ellos. Otro de los objetivos de la compañía dentro del plazo citado es que la media de material reciclado que incluya cada una de las botellas de plástico que comercializa sea al menos del 50%.
Otro aspecto que Coca-Cola está potenciando es la investigación para utilizar nuevos materiales como pueden ser las resinas vegetales. Esta línea de innovación ya se dio a conocer en el año 2009, cuando Coca-Cola puso en circulación PlantBottle, una botella 100% reciclable fabricada con un 30% de materiales vegetales en origen, que proceden de un subproducto derivado de la caña de azúcar.
Otro aspecto en el que Coca-Cola quiere poner el acento es en la concienciación ciudadana en torno al reciclaje. La compañía piensa utilizar su enorme fuerza en el sector y su gran popularidad a través de sus diferentes marcas para educar a los ciudadanos en aspectos concretos del reciclaje como pueden ser qué, cómo y dónde reciclar.
Otro de los esfuerzos a realizar por esta multinacional está encaminado a conseguir que el reciclaje sea más fácil y accesible para todos los ciudadanos, a través de la mejora de los sistemas de gestión de residuos que nos acerquen cada vez más a un modelo de economía circular. Para ello suscribirá acuerdos de colaboración con diferentes comunidades organizaciones, clientes, consumidores y socios del sector.
En palabras de James Quincey, cada envase, con independencia de su procedencia, tiene valor más allá del uso inicial que se haga de él. Por lo tanto, “si un material se puede reciclar, se debe reciclar”. Así pues, la compañía quiere invitar al resto para unir esfuerzos en la misma dirección. Para conseguir los objetivos expuestos, Coca-Cola tiene en mente nuevos acuerdos con nuevos socios a nivel local y regional que se unan a los que ya tiene concertados a nivel global; por ejemplo, organizaciones como The Ocean Conservancy, World Wildlife Fund (WWF) y la Fundación Ellen MacArthur.